Incluso con un incremento inferior a 2°C se producirán importantes daños climáticos, pero las consecuencias serían catastróficas si la temperatura supera los 2°C (3°C-4°C) en comparación con los niveles preindustriales.
De los pocos acuerdos de la última cumbre del clima (Copenhague’09), se recalcó esta necesidad de no sobrepasar el umbral de los +2° C., cifra a partir de la cual el problema del calentamiento global se nos iría definitivamente de las manos. Esto según el IPCC significa no sobrepasar el umbral de las 350 ppm. (partes de CO2 por millón), y ahora estamos en 390 ppm.