Consumo responsable, es el cambio de hábitos a la hora de adquirir productos y servicios, ajustándolos a las necesidades reales y optando en el mercado por opciones que favorezcan la conservación del medio ambiente y la igualdad social. Por ello se postula que deberían tenerse en cuenta en el momento de elegir entre las opciones disponibles en el mercado, las que menos repercusiones negativas tengan.
Algunos de los puntos a tener en cuenta en el consumo responsable son:
- Considerar el impacto ambiental desde el punto de vista del ciclo de vida del producto a comprar, valorando los procesos de producción, transporte, distribución, consumo de materias primas y residuos que deja el producto. Consumir productos locales, ecológicos o naturales, de comercio justo y productos reutilizados o reciclados, son sin duda las mejores opciones saludables, medioambientales y sociales.
- Considerar si lo que vamos a adquirir responde a una necesidad real, eligiendo consumir sólo lo necesario, estando atentos a cómo nos influye la publicidad en la creación de necesidades superfluas y compras compulsivas. Aprovechar totalmente la vida útil del producto, utilizándolo hasta el final, y posteriormente reciclandolo.
- Determinar qué empresas, productos y servicios, respetan el medio ambiente y los derechos humanos para preferirlos frente a otros que no cumplan con los citados requisitos.
- Asegurar la calidad de lo comprado de cara a adquirir bienes más saludables y duraderos.
- La ciudadanía puede convertir su capacidad de compra en un importante instrumento de presión, uno puede “votar por sus valores a través de su acto de compra”. El consumidor tiene a su alcance la posibilidad de premiar a los mejores y rechazar a los peores, exigiendo el cumplimiento de determinadas garantías sociales, laborales y medio ambientales.
- Y por supuesto, no tirar nada de comida, hay que planificar bien la compra semanal o mensual, un consejo, no hacer la compra con el estomago vacío, se comprará más de lo que se necesita.