Miércoles, 20 Noviembre 2013 11:22

Las claves de la cumbre del clima de Varsovia

Un interesante dialogo que explica la situación actual de la Cumbre y del cambio climático. Por el periodista Antonio Cerillo. Esto es un resumen, el texto completo lo se puede encontrar en La Vanguardia.

¿Qué es la conferencia de Varsovia?

Es la XIX conferencia del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Las conversaciones de la ONU sobre el clima se han sucedido desde 1992. Su hito más importante fue el protocolo de Kioto (1997), mediante el cual las naciones ricas asumían el compromiso de reducir sus emisiones en un 5% en el período 2008-2012 con relación a 1990. Pero EE.UU. no ha ratificado el tratado.

En 2009, la cumbre de Copenhague acabó como el rosario de la aurora, pues en lugar de alcanzarse un nuevo acuerdo para suplir al protocolo de Kioto, el caos se adueñó de las negociaciones, si bien las principales economías del mundo no sujetas a Kioto fijaron metas voluntarias sobre reducción de gases aunque con un acuerdo insuficiente.

Mientras tanto, el pasado mes de septiembre, el IPCC publicó su informe más completo hasta la fecha sobre la ciencia del cambio climático y advirtió que la tierra esta camino de rebar los dos grados, el umbral que los científicos han identificado como el punto de no retorno, la línea roja a partir de la cual los efectos del cambio climático podrían convertirse en catastrófica e irreversible.

¿Qué se espera de las negociaciones de este año en Varsovia?

El objetivo actual de las negociaciones es allanar el camino para firmar un acuerdo en París en 2015. El actual pacto en vigor Kioto II, sólo exige reducciones de gases a una treintena de países ricos, pero estos sólo aportan el 17% de las emisiones de gases invernadero.

Por eso, es necesario implicar a las naciones emergentes (China, India, Brasil, México), cuya contribución al calentamiento es creciente, y conseguir que por fin se suba al tren EE.UU. La cumbre de Varsovia es solo una parada en este camino. Pero sobre la mesa no hay por ahora ningún proyecto de texto para un acuerdo.

¿Qué posiciones se han visto hasta ahora?

La cumbre de Varsovia comenzó tan sólo dos días después de que el tifón más poderoso jamás registrado devastara Filipinas, con la pérdida de más de 4.500 vidas. Pero el pasado el viernes, Japón vertió un jarro de agua fría a la negociación al hacer pública la renuncia a su anteriores planes (reducir un 25% sus emisiones en el 2020 respecto a 1990). Su delegado anunció que la nueva meta es aumentar sus emisiones un 3%. Su argumento es que el desastre de Fukushima le obliga a depender más del carbón y el gas natural.

También hay dudas sobre la voluntad de acuerdo de Australia, con un gobierno nuevo escéptico sobre el cambio climático, mientras que Canadá y Rusia se han apeado de la hoja de ruta de Kioto II.

¿Qué han hecho los anfitriones polacos?

Sobre todo, han aprovechado para lanzar sus propias propuestas, partidarias de continuar con un modelo energético basado en el carbón, el combustible fósil más intensivo en carbono pero suministra la mayor parte de la energía de Polonia. Su gobierno representa en este sentido la línea dura en Europa y es el que más se resiste a reducir las emisiones de gases.

¿Cuál es la posición de la UE?

La posición de la Unión Europa también ha merecido las críticas de las naciones en vías de desarrollo. La UE mantiene su compromiso de rebajar las emisiones un 20% para el 2020 (respecto a 1990), pero ya las ha recortado un 18%, en parte por la crisis, por lo que el delegado chino ha hablado de "ambición cero". La presión de los grandes lobbys del sector eléctrico, que libran una verdadera cruzada contra las energías renovables en Europa, condicionan la posición de la UE, pese a que las fuentes limpias son clave para mitigar el calentamiento.

¿Y qué dicen los países en vías de desarrollo?

Ellos quieren compromisos más claros en la financiación de las ayudas para favorecer una economía baja en carbono: 100.000 millones para el año 2020, una cantidad que debería proceder de los fondos públicos en los países ricos pero en la participaría financiación privada.

¿Se alcanzará un acuerdo al final?

Este tipo de reuniones suelen acabar con una sensación de efecto placebo provocado por alguna declaración final que ayude a mantener vivo el diálogo. Se trata en suma de no bloquear más el camino para el acuerdo de París del 2015, aunque después de la cumbre de Varsovia pueden darse nuevos retrocesos y desacuerdos, grietas que en suma pueden ampliar el abismo que separa a países ricos y pobres.

La amenaza de que todo el proceso descarrile es enorme pero el desenlace final se conocerá en la cumbre de París (2015), aunque el año próximo, en la reunión de Perú, los países deben mostrar sus cartas y hacer propuestas de nuevas reducciones de gases. Un desacuerdo sonoro enviaría una mala señal a los inversionistas y a los partidarios de una economía basada en combustibles limpios y renovables, y dejaría descolgados a los países que no quieren reducir sus emisiones.

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